domingo, 31 de diciembre de 2023

Adiós, Señor Chips - James Hilton



El libro que hoy nos ocupa es una pequeña gema oculta en el transcurso de la historia (al menos para los lectores de la actualidad, puesto que yo no he oído ni leído en ninguna parte nada al respecto). Se trata de Adiós, Señor Chips de James Hilton. Este escritor es mundialmente conocido por su novela Horizontes Perdidos, con la que convirtió el ficticio monasterio de Shangri-la en un icono cultural para representar una utopía paradisíaca ideal. 

Poster de la película de Horizontes Perdidos (1937)


Aunque menos conocida, Adiós, Señor Chips es una lectura igualmente refrescante y tranquilizadora. La trama narra la vida y enseñanzas de un profesor llamado Chipping, que imparte clases desde finales del siglo XIX en una típica escuela inglesa de anticuadas y regias costumbres. Chipping es el prototipo de caballero inglés de toda la vida durante la época victoriana. La narración proporciona una tierna visión de las maneras que tenía el Señor Chips de dirigir las clases y establecer relaciones profesor-alumno a lo largo de toda su existencia. El lector será testigo de la evolución que tendrá lugar en un profesor que se veía dominado por la timidez al iniciar la carrera de obstáculos que es la enseñanza, convirtiéndose en un avezado maestro de latín y griego con experiencia y tino hasta para asumir la dirección de Brookfield, el magnífico colegio que aparece en el libro.


La novela tiene un marcado tono sentimental, que en ocasiones, y dependiendo del lector, puede llegar a ser excesivamente tierno, pero que al fin y al cabo otorga un aire especial y cariñoso a la historia. Hilton exhibe además a través de su protagonista una gran nostalgia por la época victoriana, así como un profundo respeto a los más tradicionales valores ingleses. 

Un elemento también muy presente en el argumento es la evolución social e histórica de finales del siglo XIX e inicios del XX. Somos testigos parcialmente de las sucesivas guerras y conflictos (con énfasis en la Primera Guerra Mundial) que han tenido lugar a lo largo de la historia con una perspectiva distinta a la puramente bélica: la de unos profesores y estudiantes que deben continuar con la labor de la docencia mientras sea posible. Cabe subrayar que Hilton se inspiró, además de en sus propios años como alumno en instituciones del estilo de Brookfield, en su padre y un profesor suyo llamado W. H. Balgarnie, dos de las figuras que más le marcaron en su vida.


Para finalizar, es destacable comentar que la novela es considerablemente corta (apenas consta de 100 páginas), por lo que es una lectura recomendable cuando lo que buscamos es algo rápido y sencillo de asimilar. Esto último lo digo porque está escrita en un formato fácil y sin grandes pretensiones, de manera que no hay grandes acrobacias literarias contra las que pelearse al leer sus líneas. 


Por último, pero no menos importante, aprovecho para desearos a todos un Feliz Año 2024, que venga repleto de buenas nuevas y alegría. 🎄🥰🌟💖🌙

domingo, 10 de diciembre de 2023

EMBELESO


El Tintero de Oro en su 39ª edición, que se dedica a la saga de Harry Potter (de la que soy muy fan), organiza un concurso de relatos de temática relacionada con la magia. Esta es mi aportación, que consta exactamente de 900 palabras.


EMBELESO

Diana era con diferencia la niña más adorada del internado para huérfanos de aquella perdida esquina del mundo. Era este ciertamente un fenómeno curioso, puesto que la chiquilla destacaba notablemente por sus peculiaridades y no solía buscar la compañía y aprobación de los demás.

Para empezar, su aspecto físico era llamativo en sí mismo. Tenía un largo cabello rubio platino, penetrantes ojos azules, una tez muy pálida, y era esbelta como una torre de marfil; cuando los niños de aquella región solían ser más bien morenos y bajitos como pequeños troncos de árboles, y no estaban nada acostumbrados a ningún tipo de exotismo. Diana era una niña excéntrica, con una sensibilidad por encima de lo normal y una personalidad caprichosa en extremo. Era capaz de quedarse durante horas en la orilla del lago que había cerca del orfanato, observando el bosque que le rodeaba y escuchando con atención (nadie sabía qué escuchaba, estando la residencia tan aislada entre montañas), en lugar de jugar con el resto de sus compañeros. Otro rasgo que caracterizaba a nuestra protagonista era su constante estado de aparente despiste, puesto que en numerosas ocasiones extraviaba sus pertenencias y no se las encontraba por ningún lado. Esto podría parecer normal si lo que perdiera fueran solo bolígrafos o gomas de borrar, tal vez un zapato también, pero en una ocasión llegó a desaparecer su propia cama (hecho que desconcertó profundamente a los cuidadores y supuso un cisma en la organización del orfanato, con acaloradas discusiones plagadas de acusaciones cruzadas en las que una limpiadora estuvo a punto de dimitir, pero sin ninguna explicación satisfactoria para nadie). 

Pero quizás, el elemento que más le diferenciaba del resto de niños era que en realidad no era huérfana. Cuando era un bebé de pocos meses había aparecido una noche estrellada en el escalón de entrada al orfanato, apoyada en un mamotreto muy ajado sellado de manera que fuera imposible de abrir, con un papel arrugado en sus pequeñas manitas. Aquel pergamino tenía un mensaje críptico que los responsables del internado no supieron interpretar, en el que ponía con caracteres imprecisos y borrosos lo que ellos creyeron que era el nombre de la criatura, Diana, seguido de un mensaje en el que se afirmaba que regresarían a por la niña cuando estuviera preparada. En circunstancias normales, no habrían aceptado la tutela de una niña cuya procedencia no estaba clara, puesto que el orfanato se preciaba de su exclusividad, pero Diana tuvo un efecto subyugante en los encargados. Se sintieron impelidos a cuidarla y hacerla feliz hasta donde les fuera posible, así que decidieron hacer la vista gorda y admitirla bajo su custodia.

A pesar de todas sus rarezas, Diana era prácticamente venerada por sus compañeros; tenía gestos de amabilidad con sus iguales, y solía tratar muy bien a todos, halagada por las muestras de cariño que le daban. 

No obstante, cuando contaba con 11 años, una niña trató de robarle el libro con el que llegó al asilo (el único vínculo que le unía a sus desconocidos padres), y cuando Diana la encontró con las manos en la masa su enfado fue tal que, dominada por la ira, aterrorizó a la traviesa ladrona y sin saber cómo estuvo a punto de quemarle la cara.

Este episodio asustó mucho a Diana, que aunque a estas alturas ya se había dado cuenta de que tenía algunas habilidades extrañas, no les había dado mayor importancia. En ese día fatídico tomó conciencia del peligro que podían suponer sus poderes para los demás si no los controlaba. Pero…¿Cómo controlar algo de lo que no sabía nada? 

Fue entonces cuando se le ocurrió que tal vez en el libro encontrara alguna respuesta a su situación. Pasó un par de días tratando de abrir el volumen sin éxito alguno y se obsesionó hasta tal punto que lo llevaba consigo a todas partes. 

Una tarde, cuando estaba en el bosque escuchando esos chillidos lejanos tan parecidos a cánticos que solo ella parecía oír y que tanta impresión y nostalgia le provocaban, le sobrevino un impulso repentino de gritar y cantar, imitándolos. Y para su descomunal sorpresa, produjo con gran facilidad y naturalidad un quejido sobrehumano idéntico a aquellos que trataba de reproducir. Repentinamente el libro se abrió y cayó a sus pies. Pudo ver que en la primera página se leía el título “Breve Historia de la Magia”.

Estupefacta, Diana empezó a pasar las páginas hasta que llegó a una que parecía estar más manoseada, y lo que vio en ese momento capturó su atención por completo. Aquella hoja estaba repleta de ilustraciones de mujeres hermosas de aspecto temible con el pelo rubio y la piel blanquísima. Llevó sus ojos al inicio del capítulo y leyó: “Veelas: esencia y origen”. El primer párrafo detallaba las características de estos seres mágicos, que eran prácticamente una descripción palabra por palabra de la propia Diana, y a esta ya no le hizo falta leer más. En el preciso instante en que leía aquellas líneas había tomado la resolución de marcharse para siempre. Seguiría aquellas voces que había escuchado desde que le alcanzaba la memoria, y que, ahora se daba cuenta, le dirigirían hacia el enigma de su identidad. 

Desde aquel aciago día, el internado perdió una alumna, pero ganó numerosas leyendas que narrar al irse a dormir. Leyendas sobre la misteriosa muchacha de extraños poderes que desapareció para no volver jamás.



"La Légende des Willis" de Hugues Merle (1847)

En el proceso de investigación y documentación para escribir este relato he tenido la gran fortuna de encontrar este cuadro que considero como ideal para acompañar el texto.


Por último, pero no menos importante, adjunto este nocturno de Mélanie Chassel, que es en mi opinión sencillamente perfecto como banda sonora del relato. 

jueves, 30 de noviembre de 2023

Holly - Stephen King

 


En el post de hoy vuelve a hacer acto de presencia en Mi Pequeña Alejandría uno de mis escritores favoritos: Stephen King. Como no puede ser de otra manera, me leí su último libro tan pronto como cayó en mis manos, y una vez más, me ha resultado complicado despegar los dedos y los ojos de las páginas. 

Holly -ese es el título del libro, así como el nombre de su protagonista- sigue las aventuras de una de las figuras creadas por el autor a lo largo de sus numerosos años publicando novelas. Holly Gibney es una detective que King presentó a sus lectores en Mr Mercedes, publicada en 2014. En esa novela (que no he leído todavía), Holly es compañera del protagonista de la misma, Bill Hodges, y a partir de entonces crean una agencia de investigadores privados llamada Finders Keepers que protagoniza unas cuantas historias desde entonces. 

Yo conocí a Holly cuando leí El Visitante, novela en la que Gibney acapara el foco principal y con la que yo conocí (y me enganché) a Stephen King, y la volví a ver en La Sangre Manda.

Así pues, Holly es una novela en la que se habla en numerosas ocasiones haciendo referencia a eventos de historias anteriores, puesto que todo influye en el temperamento de cada personaje. Por lo tanto, quizás sea recomendable haber leído las novelas previas antes de proceder con esta, pero no es imprescindible, puesto que King es inteligente y sabe que habrá mucho público que no esté al corriente de esta información o que directamente no quiera leerse otras dos o tres novelas más, así que cuando es necesario hace que los personajes mencionen eventos del pasado y clarifiquen la situación. Esto soluciona el problema, así que la única desventaja es que puede que los que no hayáis leído las otras (como es mi caso con Mr Mercedes) os llevéis algún que otro spoiler. 


La trama se ubica en una pequeña ciudad del Middle West estadounidense, cerca de Chicago, durante el año 2021. Finders Keepers está cerrada temporalmente por motivos personales de Pete Huntley (el socio de Holly) y la propia Holly (que se ha visto obligada a cerrarla a pesar de que prefiere seguir trabajando). Así están las cosas cuando Holly decide escuchar a una mujer llamada Penny Dahl que dice estar desesperada porque ha desaparecido su hija y nadie hace nada por ella. En un principio, Holly trata de no implicarse demasiado en la investigación, pero poco a poco irá descubriendo cada vez más hechos que no acaban de cuadrar, y, guiada sobre todo por un instinto y olfato detectivesco descomunal, se irá involucrando más y más hasta llegar a un punto de no retorno. Otros protagonistas muy peculiares e importantes en la historia son Emily y Rodney Harris. Se trata de un matrimonio de ancianos profesores de la universidad local que ocultan un secreto horripilante tras una fachada de buenas apariencias y logros académicos. 


Uno de los elementos más llamativos del último ejemplar de King es esta última pareja, porque, como sabremos nada más empezar el libro, resultan ser unos criminales de lo más inesperados. Porque…¿Quién sospecharía de una pareja tan encantadora y frágil como estos dos octogenarios? Y la gracia está en que desde el inicio somos testigos de sus sibilinas maneras de actuar y sus horribles ocurrencias, pero aún así es fácil imaginar lo complejo que sería para un policía o un detective relacionar a semejantes personajes con cualquier tipo de crimen. Personalmente, a mí me han resultado de lo más repulsivo, y había algunos puntos de la historia que me llegaban a revolver el estómago, cosa que es mucho decir en una novela de Stephen King, que nunca se queda corto con sus “maldades”. Además, creo que resulta más impactante la circunstancia de que los malhechores, el elemento “maligno” de la trama, en este caso no sean de origen sobrenatural, lo cual proporciona una escalofriante capa de realidad al asunto, como si se tratara de algo que verdaderamente puede suceder en el mundo real en cualquier momento.


Otro elemento muy presente a lo largo del libro es el COVID-19 y sus consecuencias sociales. Como el mismo autor explica en una nota al final de la novela, escribió la historia en pleno auge de la enfermedad en su país. La presencia del covid en la novela cambia el curso de las vidas de los personajes y por eso se menciona constantemente. Lógicamente, es la primera novela que he leído desde el inicio de la pandemia en que se habla tanto de este virus, y se me ha llegado a hacer un pelín pesado en alguna ocasión, aunque estoy de acuerdo con King en que las novelas deben reflejar la realidad que se vive en ese momento. 


Uno de los personajes que ayudan a Holly con su exhaustiva tarea es Barbara Robinson, quien, junto a su hermano Jerome, colabora ocasionalmente en la agencia de detectives. Se da la circunstancia de que a Barbara le apasiona la poesía, y sobre todo escribirla, por lo que aparecerá en varias ocasiones alguna mención a este arte dentro de la literatura y es algo que me ha gustado sobremanera.


Para terminar solo queda decir que esta novela tiene todo lo que se espera de una buena historia de Stephen King: suspense a más no poder, dos “malos” insospechados, plot twists por doquier, humanidad en cada personaje, ternura y aprecio mutuo de algunos de los protagonistas, sensibilidad por la literatura, ingenio, y muchos guiños del propio autor. Y por supuesto, se lee extremadamente rápido a pesar de ser un volumen de más de 600 páginas.

martes, 31 de octubre de 2023

En el Bosque Oscuro - Dale Bailey


Érase una vez un libro de fantasía sobre los cuentos de hadas que todos hemos escuchado de niños. 

Desde que era pequeña siempre me ha gustado escuchar y leer todo tipo de historias, en particular las de fantasía, porque me fascinaba echar a volar mi imaginación por mundos de hadas, gnomos, gigantes, y demás criaturas rocambolescas que aparecen en ese tipo de cuentos. Esto ha favorecido mi gusto por las novelas de fantasía y ciencia ficción (aunque para esta última soy muy particular y no siempre me atrapa tanto como una buena historia fantástica). 


Así pues, todo esto me lleva al libro del que os quiero hablar ahora mismo. En el bosque oscuro, de Dale Bailey, narra la historia de un matrimonio americano que hereda una mansión victoriana en un apartado pueblecito inglés. El protagonista de la aventura, Charles Hayden, y su mujer, Erin, han sufrido un desgarrador y traumático pasado que invade prácticamente cada aspecto de la novela y les afecta profundamente en el modo de enfrentarse a los problemas y enigmas que les acosarán. Porque en eso se centra la trama: en un enorme misterio que les envolverá al llegar a su nuevo hogar, en el que están implicados un oscuro escritor antepasado de Erin y dueño de la propiedad que ahora ocupan, y diversas niñas del pueblo desaparecidas en extrañas circunstancias que siempre parecen girar en torno al bosque que rodea la casa.

El argumento de la novela es de por sí cautivador, y se mantiene la incógnita hasta prácticamente las últimas páginas, lo que hace que el lector entre en una vorágine devoradora de capítulos. Sin embargo, lo que realmente hace que este libro valga la pena es la manera de narrar los hechos, el storytelling. Y es que Bailey ha cuidado hasta el último detalle para que parezca un cuento contado alrededor de una chimenea más que una novela sin más. Se emplean fórmulas típicas de los relatos clásicos: “érase una vez”, árboles y vegetación que cobran vida, maldiciones, juramentos arcaicos que deben ser cumplidos, personajes mitológicos. En general consta de un formato muy propio de los cuentos, plagado de clichés y referencias a ocurrencias típicas de esta clase de narración. Otro elemento que favorece esta sensación es que, en la novela, el antepasado escritor creó un libro que supone una parte clave del argumento general. Por ese motivo, al inicio de cada sección o capítulo, se incluye un pequeño fragmento de ese libro dentro del libro, que nos hace sentir como niños que escuchan la historia que lee el protagonista.

A pesar de todo, no se trata para nada de una novela infantil. Los temas que trata el autor son diversos y complejos: la pérdida, la tristeza, el perdón, la depresión, la traición, la nostalgia, el miedo al compromiso, la tentación… La narración posee un tono triste y oscuro, al hacernos empatizar con los sentimientos de Charles y Erin, así como con ciertos hechos muy crudos que acontecieron alguna vez en ese pueblo. 

En mi caso, me ha encantado En el bosque oscuro. La recomiendo a todo aquel lector que sea profundamente amante de la fantasía y de los cuentos. Mis sensaciones al haber acabado de leerlo son las de haber sido testigo de un análisis de la estructura general que suelen llevar los cuentos para niños, con una sorprendente y reconfortante forma de crear y resolver el argumento. Personalmente me impacta el contraste entre el formato “infantil” y la temática que, si bien encuadrada en un ambiente fantástico, es esencialmente dura y cruel. ¡Os animo a todos a leerla y compartir vuestras sensaciones conmigo!


sábado, 30 de septiembre de 2023

La Llave Maestra - Bernard Capes



Todo buen lector que se precie debe ser capaz de valorar la belleza y el arte que hay detrás de una novela victoriana. Hablo de esos ejemplares de la época que suelen narrar historias detectivescas, de fantasmas, o similares. Suele tratarse de una lectura asaz ligera, eso sí, sin dejar nunca de lado la opulencia de la manera de expresarse propia de su tiempo, repleta de locuciones curiosas y un amplio léxico que nos enriquecen como lectores. Así pues, uno puede disfrutar de una lectura sencilla sin verse obligado a caer en una novela de calidad mediocre, lo cual empaña la sensación general de deleite y aprendizaje que siempre se busca al leer. 

Recientemente ha caído en mis manos un ejemplar muy peculiar del género policíaco victoriano. Se trata de La Llave Maestra, de Bernard Capes, escritor británico de finales del siglo XIX y principios del XX. Capes es un autor inglés extremadamente prolífico, con más de 40 libros publicados, así como numerosos artículos en las revistas más prestigiosas de la época. La Llave Maestra fue publicada de forma póstuma, puesto que Capes falleció en 1918 a causa de la epidemia de gripe, y la novela vio la luz editorial en 1919. 



Bernard Capes

El argumento gira en torno a un joven llamado Vivien Bickerdicke, que se encuentra en París (a inicios del siglo XX) cuando conoce de manera casual a un enigmático barón llamado Le Sage. A partir de ese momento, los caminos de los dos se cruzan en diversas ocasiones, propiciado por una amistad común que ambos comparten con los miembros de una acaudalada familia inglesa asentada en la campiña británica, los Kennett. Todo esto les lleva a juntarse durante una temporada en la residencia campestre que la familia Kennett tiene en Wildshott, para disfrutar del ocio jugando al ajedrez y compartiendo historias y anécdotas. Así están las cosas cuando una hermosa criada es asesinada y se desatan los acontecimientos de una forma vertiginosa. La trama se centra en la investigación que realizan tanto los miembros de la casa en un primer momento, como el sargento que Scotland Yard envía posteriormente para descubrir al culpable de tal atrocidad. 

Los personajes diseñados por Capes siguen en gran medida las pautas generales de las novelas de la época, con el tradicional detective, el característico lord inglés, el típico personaje iluso al que es fácil engañar, etc. No obstante, el autor se las arregla para darle un giro inesperado a las personalidades de cada uno de los personajes, así que no es oro todo lo que reluce, y da gusto dejarse sorprender con los cambios de guión en ciertos momentos. 


Capes es un escritor bastante desconocido, por desgracia, a pesar de que la capacidad narrativa que posee es descomunal. Esta novela se lee rápidamente,  y mantiene la intriga en todo momento, aunque es cierto que al haber sido publicada a inicios del siglo pasado y ser un poco estereotípica, siguiendo el molde de las novelas de este mismo género, en ocasiones es fácil realizar suposiciones sobre cómo se acabará resolviendo todo. Sin embargo, no se debe subestimar al autor: el final de la historia es realmente sorprendente, puesto que a pesar de que estaba prácticamente convencida de haber descubierto al culpable y sus motivaciones, el argumento da un giro de 180 grados en cuestión de pocas páginas. Esto hace que la novela en su conjunto deje en el lector un agradable poso de sorpresa y disfrute. Tal y como lo describe G. K. Chesterton en el prólogo del ejemplar que he leído yo: “en esta novela el lector puede volver a disfrutar de la verdadera poesía incrustada en la prosa”. 


Investigando un poco sobre Bernard Capes he visto que uno de sus libros más célebres es The Black Reaper, novela de fantasmas que le proporciona su (escasa) fama. También consta de otro notable ejemplar llamado El lago del vino, cuyo título me provoca mucha curiosidad y que trataré de conseguir para darle una oportunidad. Estos solo son dos ejemplos, pero como ya he mencionado anteriormente, este escritor es una auténtica mina por descubrir, puesto que tiene una nada desdeñable colección de publicaciones, más todas las que habría escrito de no haber sido por su prematura muerte. Lamentablemente, de momento solo tenemos traducido al español este libro, gracias a WHO editorial. Espero con ansia la publicación de más ejemplares de Capes en español para que se pueda dar a conocer a este magnífico escritor más allá de las fronteras británicas.


Para finalizar, hay algo que me ha llamado poderosamente la atención en la novela, y es la elección del título. En inglés The Skeleton Key, en español La Llave Maestra; siento que este nombre no hace justicia a la historia. Tal vez, por proponer alguna alternativa, yo lo habría bautizado como La muerte llega a Wildshott, aún a riesgo de convertirlo en el típico título de novela de detectives. Si alguno de mis lectores se atreve con este libro, queda invitado a comentar qué otro título le daría a esta historia.


jueves, 31 de agosto de 2023

Los Renglones Torcidos de Dios - Torcuato Luca de Tena

 



Para despedir el mes de agosto hoy os dejo esta reseña de uno de los libros que más me han enganchado este año, Los Renglones Torcidos de Dios. Esta novela es una de las más impecables y estimulantes que he leído en mucho tiempo. El argumento trata sobre Alice Gould, una mujer que nada más dar comienzo la historia es internada en un sanatorio mental. Tal como vemos a lo largo de la narración, esta peculiar y cultivada mujer dice ser detective y hallarse en la institución psiquiátrica por una misión de investigación acerca de un asesinato que tuvo lugar allí cierto tiempo atrás. A lo largo de la historia, irá relacionándose con los médicos, enfermeras y cuidadores, así como con los enfermos que comparten con ella los espacios y actividades rutinarias. 

Es esta una novela que habla sobre la locura y toda la parafernalia que envuelve a la misma (los sanatorios mentales, los cuidadores, las instalaciones, la convivencia entre los pacientes, los motivos que pueden hallarse detrás de la demencia, los métodos y tratamientos disponibles, los peligros que conlleva darle credibilidad a una persona enajenada…).







Torcuato Luca de Tena disecciona todos estos temas con la habilidad de un auténtico profesional, prácticamente como si fuera él mismo un doctor en psiquiatría. Y desde luego, no es ninguna casualidad su dominio casi absoluto del tema, dado que llegó a ingresar de manera voluntaria en un psiquiátrico por un periodo de 18 días con sus largas noches para sumergirse por completo en el universo de la locura. No fue baladí su estancia en la institución, dado que tuvo como resultado la producción de una novela especialmente informada, en la que resultan creíbles prácticamente todos los datos técnicos que se aportan. Sí que es cierto, como se destaca al inicio del ejemplar que yo he estado leyendo (de la editorial Austral), que la novela no es un tratado de psiquiatría, sino nada más que eso: una novela de ficción. El autor se aseguró de cambiar los nombres, sexos, y, en definitiva, las identidades de las personas que aquí aparecen. Ni siquiera el manicomio que se describe, el Hospital de Nuestra Señora de la Fuentecilla, es real, aunque cueste creerlo dadas las detalladas descripciones de las instalaciones y sus alrededores. Hasta donde puedo recordar, me parece que esta es una de las hazañas y sacrificios de mayor calibre que yo he visto perpetrados por un escritor en pro de la composición de su obra. Porque si uno se para a meditarlo con detenimiento, resulta estremecedor que este buen hombre tomara la determinación de someterse a las privaciones e incomodidades propias de este tipo de centros (más aún en la época de inicios del siglo pasado en que fue escrita la novela) con tal de comprometerse a la máxima autenticidad en la narración.

Por este motivo no resulta nada sorprendente que la novela haya sido dedicada a los profesionales del campo de la medicina, haciendo hincapié en aquellos que tratan a los enfermos mentales:


Los renglones torcidos de Dios son, en verdad, muy torcidos. Unos hombres y unas mujeres ejemplares, tenaces y hasta heroicos, pretenden enderezarlos. A veces lo consiguen. La profunda admiración que me produjo su labor durante mi estadía voluntaria en un hospital psiquiátrico acreció la gratitud y el respeto que siempre experimenté por la clase médica. De aquí que dedique estas páginas a los médicos, a los enfermeros y enfermeras, a los vigilantes, cuidadores y demás profesionales que emplean sus vidas en el noble y esforzado servicio de los más desventurados errores de la Naturaleza.


Una vez puesto de relieve el sacrificio y esfuerzo volcados en la creación de semejante obra de arte, qué duda puede caberle a nadie acerca de la maestría de esta novela. Debería ser prácticamente una obligación leer Los Renglones Torcidos de Dios en algún punto de nuestras vidas. 

Personalmente la trama me ha atrapado desde el minuto uno. Es una de esas narraciones que mantiene el suspende y está repleta de giros inesperados de guión que tienen al lector sentado al borde del asiento. 

Otro de los elementos maravillosos que aporta Torcuato Luca de Tena es la humanidad con la que habla de todos los personajes, en especial de los pacientes del hospital. En ningún momento se caricaturizan las enfermedades mentales, al contrario, se habla de ellas de una forma casi pedagógica y hay siempre un trasfondo o bien de ternura o bien de lástima, dependiendo un poco del contexto de la trama. Uno de los personajes secundarios que a mí particularmente me han llegado más hondo es el de Ignacio Urquieta, en cuya historia el autor también tiene tiempo de profundizar.

Resulta difícil no caer en la tentación de destripar toda la trama en esta reseña, pero es preferible que cojáis el libro vosotros mismos y lo disfrutéis como hice yo en su momento, dejándoos sorprender.

También recomiendo mucho ver la película española del 2022 basada en esta novela protagonizada por Bárbara Lennie en el papel de Alice Gould (eso sí, leed primero el libro). Las interpretaciones de los actores son verdaderamente magistrales y el director ha hecho un verdadero homenaje a Torcuato Luca de Tena con las representaciones más fieles posibles de todos los elementos que aparecen en la novela.

lunes, 31 de julio de 2023

Notre-Dame de París - Victor Hugo

 


Para despedir el mes de julio, hoy voy a realizar la reseña de mi última lectura veraniega: Notre-Dame de Victor Hugo. Como tal vez ya sepan mis lectores, la historia que se narra es la de una cautivadora gitana, Esmeralda, que sobrevive en las calles de París aprovechándose de sus encantos en compañía de su cabrita Djali. 



También aparece en nuestra historia el legendario campanero jorobado de Notre-Dame, Quasimodo. 




Este es el ahijado de un siniestro sacerdote de la misma iglesia, Frollo, el cual siente una oscura obsesión por la figura de la gitana que acabará por desencadenar los acontecimientos.



Esta novela es una especie de recreación del mito de la Bella y la Bestia, representados en los personajes de Esmeralda y Quasimodo. Para aquellos que, como yo, hayan visto la película que Disney realizó en 1996 inspirada en el mismo libro (“El jorobado de Notre-Dame”), les comunico que poco o casi nada tienen que ver los acontecimientos de la película con lo que realmente sucede en la novela. En Notre-Dame, Hugo nos sumerge en un mar de emociones y sentimientos producidos, entre otras cosas, por el contraste que se produce al describir a un personaje extremadamente deforme y bruto a priori, y su inesperada profundidad emocional. Puesto que el pobre jorobado, Quasimodo, es alguien que se ha visto forzosamente alejado del mundo desde la niñez, y aún así, anhela más que nadie amar y ser amado. Por este y otros muchos motivos y rasgos de los protagonistas, es fácil sentir empatía por los distintos personajes y sus motivaciones, a pesar de los numerosos defectos que presentan.


Algo que me ha satisfecho mucho en este libro, ha sido el título de los diversos capítulos, que avanzaban alguna cosa de lo que sucedería en el mismo, y en los que Victor Hugo hace gala de un interesante uso de la ironía.

Un capítulo asaz sugestivo, del que solo diré que se produce un asedio a la iglesia de Notre Dame, representa muy vivamente imágenes de lo que sería el venerable templo bajo el ataque inédito de miles de personas. 



La novela gira continuamente en torno al magnánimo edificio de Notre Dame en el París de la Edad Media. Informándome un poco más acerca del contexto en que se encontraba Victor Hugo cuando compuso esta formidable novela, descubrí que la idea principal de la que partió todo fue la de defender la arquitectura gótica, cada vez más menospreciada en la sociedad francesa de la época. Este no es un hecho que pase precisamente desapercibido a lo largo de la lectura de la pieza, puesto que en numerosas ocasiones Hugo dedica varias páginas e incluso capítulos enteros a la defensa del amor por la arquitectura. 

De hecho, en la edición del libro que yo he leído, de Penguin Clásicos, aparece en el prefacio una nota añadida a la edición definitiva del libro en 1832 por el propio autor en la que él mismo manifiesta su intención de promover el aprecio por la arquitectura: “Inspiremos a la nación, si ello es posible, el amor por la arquitectura nacional. Ese es, el autor lo declara, uno de los objetivos principales de este libro; ese es uno de los objetivos principales de la vida”. Hugo defendía especialmente no solo la estima por el trabajo de los nuevos arquitectos si no la veneración por los antiguos monumentos. Esta necesidad surge de la preocupación que el escritor sentía por las demoliciones y olvidos a los que se sometían los vetustos edificios de París para luego transformarlos en nuevas construcciones de caracter sobrio y espartano. Al recibir un muy esperado encargo para realizar una nueva novela, Victor Hugo vio el cielo abierto para llevar a cabo su manifiesto a favor de la antigua escuela arquitectónica.



Uno de los capítulos que abordan este tema me gustó particularmente. Se trata del segundo capítulo del Libro Quinto de la novela, titulado “Esto matará a eso”. Haciendo referencia a una frase mencionada por Frollo, el arcediano, Hugo nos introduce en el océano de sus pensamientos comparando la arquitectura que tanto le preocupaba a él, con la imprenta, que fue inventada alrededor de la época en la que se producen los hechos y que supone para el sacerdote un deslumbramiento pavoroso por el temor a lo nuevo y desconocido que pueda traer consigo ese innovador invento. Así pues, el autor llena la narración de paralelismos entre ambas artes, afirmando que “desde el origen de las cosas […] la arquitectura es el gran libro de la humanidad […] Sellaron cada tradición bajo un monumento.

Esta idea, junto a todas las reflexiones que nos deja el escritor a lo largo del capítulo, me ha dado mucho que pensar y me ha hecho meditar acerca de conceptos que no me había llegado a plantear sobre la influencia de la arquitectura en las sociedades desde el inicio de los tiempos y el modo en que se reflejan las inquietudes de los hombres en los edificios y sus distintas maneras de construirlos. En los tiempos que corren, en los que nos hemos acostumbrado a que los volúmenes arquitectónicos que nos rodean sean más bien funcionales y se hayan olvidado hasta cierto punto las prioridades estéticas, me parece bonito y necesario parar a mirar los edificios que nos rodean y aprender a apreciar todo lo que tenemos al alcance de un paseo.


Por todos estos motivos, no cabe duda de que esta novela es la elección perfecta para cualquier fanático de la arquitectura. No obstante es necesario destacar que hubo determinados capítulos descriptivos en los que el escritor nos hace un recorrido extremadamente detallado de la ciudad de París y otras áreas, los cuales, si bien necesarios y notables, se me hicieron arduos de conquistar. En ciertos puntos de la narración Hugo se extiende hasta tal punto que puede complicársele la lectura al lector más avezado.

A pesar de esas escasas ocasiones en que la lectura se hace ligeramente más pesada, la novela no tiene desperdicio y la recomiendo a todos aquellos que quieran aprender acerca de los sentimientos más humanos que podemos albergar.




domingo, 28 de mayo de 2023

"El Club de los Poetas Muertos" - Peter Weir

 En la entrada de hoy voy a realizar una incursión en el género cinematográfico por vez primera -pero no última- en este blog (aunque en esta ocasión será acompañada de su versión literaria).



La película que hoy nos ocupa es El club de los poetas muertos, del año 1989. Se trata de un largometraje dirigido por Peter Weir (director de famosos títulos como El único testigo, Master and Commander, El show de Truman…) y protagonizado por actores como Robin Williams, Ethan Hawke o Robert Sean Leonard entre otros.




Esta película narra la historia de un grupo de jóvenes amigos que estudian juntos internos en una elitista escuela de Vermont, la Academia Welton. Los espectadores acompañan al entrañable grupo de alumnos en el encuentro y el aprendizaje que les supone el conocer a su nuevo profesor de literatura, el señor Keating. La dinámica de la película enfrenta la postura anticuada y rancia de la ostentosa escuela con el soplo de aire fresco que supone la presencia de Keating en la institución, invitando a los alumnos a aprender a pensar por sí mismos, a disfrutar del momento (Carpe Diem), y a apreciar la belleza de la poesía y la libertad inherente a la misma. 








No hay minuto desperdiciado en una película como esta, que supone todo un monumento al gusto por la literatura y las artes. Constantemente se suceden escenas con monólogos y discursos dignos de grabarse a fuego en nuestras mentes. Por ejemplo, os dejo una de las primeras clases del señor Keating, en la que habla de los motivos por los que se mueve la raza humana





Otra de las razones por las que esta película me encanta es que constantemente citan a diversos poetas, como Walt Whitman (aunque debo confesar que no acaba de ser santo de mi devoción) o Robert Frost (al cual adoro profundamente). John Keating les sugiere a sus alumnos que si quieren dirigirse a él deben llamarle como en el famoso poema de Whitman: “Oh Capitán, mi Capitán”.

El amor por la literatura y el teatro se ve reflejado especialmente en uno de los alumnos, Neil Perry, cuyo mayor sueño es el de actuar en obras de Shakespeare, contraviniendo los deseos de su padre. Es esta una trama clave en el desarrollo de la historia: se presenta desde el inicio de la película y desencadenará inevitablemente una serie de acontecimientos que afectará a todos sus amigos y compañeros. 


Otro de los elementos más maravillosos de la película es la figura del propio profesor, John Keating. En el transcurso de la película se aprecia la influencia positiva que ejerce sobre los alumnos, y divierte al espectador tanto con sus legendarias clases como con las interacciones que tiene con el resto de colegas profesores que no comparten sus visiones en lo que a la enseñanza se refiere. A lo largo de los años, la imagen de Keating se ha convertido en el ideal en el que muchos docentes desearían convertirse, puesto que él es el pilar en el que los alumnos se inspiran y confían. He aquí una de sus lecciones:






Además de la película, vamos a hablar también del libro. El guión de la película fue adaptado y publicado como una novelita corta que también he tenido el gusto de leer. En un principio pensé erróneamente que la película había sido adaptada a partir del libro, como suele ser lo acostumbrado. Sin embargo, para mi sorpresa, el caso de El club de los poetas muertos es toda una excepción, ya que la novela se publicó en vista del gran éxito que supuso el film. A pesar de ello, merece la pena leer la historia, puesto que aunque los acontecimientos son calcados a la película, el ritmo al que el lector asimila las ideas es distinto. Para mí esto supuso una ventaja puesto que, aunque se lee velozmente debido a la corta extensión del volumen, me deleité recreándome en los pasajes más conmovedores y dándome tiempo para reflexionar sobre ellos.

Para concluir, solo resta decir que podría escribir muchísimo más acerca de todos los fragmentos que merecen la pena, pero prefiero dejarlo a la libertad de los lectores que os animéis a descubrir esta joya del cine. 


Todas Las Hadas del Reino - Laura Gallego

  Hadas, brujas, princesas en apuros, héroes en busca de hazañas y personajes de cuento pueblan la novela de la que vamos a hablar hoy. Se t...