sábado, 30 de septiembre de 2023

La Llave Maestra - Bernard Capes



Todo buen lector que se precie debe ser capaz de valorar la belleza y el arte que hay detrás de una novela victoriana. Hablo de esos ejemplares de la época que suelen narrar historias detectivescas, de fantasmas, o similares. Suele tratarse de una lectura asaz ligera, eso sí, sin dejar nunca de lado la opulencia de la manera de expresarse propia de su tiempo, repleta de locuciones curiosas y un amplio léxico que nos enriquecen como lectores. Así pues, uno puede disfrutar de una lectura sencilla sin verse obligado a caer en una novela de calidad mediocre, lo cual empaña la sensación general de deleite y aprendizaje que siempre se busca al leer. 

Recientemente ha caído en mis manos un ejemplar muy peculiar del género policíaco victoriano. Se trata de La Llave Maestra, de Bernard Capes, escritor británico de finales del siglo XIX y principios del XX. Capes es un autor inglés extremadamente prolífico, con más de 40 libros publicados, así como numerosos artículos en las revistas más prestigiosas de la época. La Llave Maestra fue publicada de forma póstuma, puesto que Capes falleció en 1918 a causa de la epidemia de gripe, y la novela vio la luz editorial en 1919. 



Bernard Capes

El argumento gira en torno a un joven llamado Vivien Bickerdicke, que se encuentra en París (a inicios del siglo XX) cuando conoce de manera casual a un enigmático barón llamado Le Sage. A partir de ese momento, los caminos de los dos se cruzan en diversas ocasiones, propiciado por una amistad común que ambos comparten con los miembros de una acaudalada familia inglesa asentada en la campiña británica, los Kennett. Todo esto les lleva a juntarse durante una temporada en la residencia campestre que la familia Kennett tiene en Wildshott, para disfrutar del ocio jugando al ajedrez y compartiendo historias y anécdotas. Así están las cosas cuando una hermosa criada es asesinada y se desatan los acontecimientos de una forma vertiginosa. La trama se centra en la investigación que realizan tanto los miembros de la casa en un primer momento, como el sargento que Scotland Yard envía posteriormente para descubrir al culpable de tal atrocidad. 

Los personajes diseñados por Capes siguen en gran medida las pautas generales de las novelas de la época, con el tradicional detective, el característico lord inglés, el típico personaje iluso al que es fácil engañar, etc. No obstante, el autor se las arregla para darle un giro inesperado a las personalidades de cada uno de los personajes, así que no es oro todo lo que reluce, y da gusto dejarse sorprender con los cambios de guión en ciertos momentos. 


Capes es un escritor bastante desconocido, por desgracia, a pesar de que la capacidad narrativa que posee es descomunal. Esta novela se lee rápidamente,  y mantiene la intriga en todo momento, aunque es cierto que al haber sido publicada a inicios del siglo pasado y ser un poco estereotípica, siguiendo el molde de las novelas de este mismo género, en ocasiones es fácil realizar suposiciones sobre cómo se acabará resolviendo todo. Sin embargo, no se debe subestimar al autor: el final de la historia es realmente sorprendente, puesto que a pesar de que estaba prácticamente convencida de haber descubierto al culpable y sus motivaciones, el argumento da un giro de 180 grados en cuestión de pocas páginas. Esto hace que la novela en su conjunto deje en el lector un agradable poso de sorpresa y disfrute. Tal y como lo describe G. K. Chesterton en el prólogo del ejemplar que he leído yo: “en esta novela el lector puede volver a disfrutar de la verdadera poesía incrustada en la prosa”. 


Investigando un poco sobre Bernard Capes he visto que uno de sus libros más célebres es The Black Reaper, novela de fantasmas que le proporciona su (escasa) fama. También consta de otro notable ejemplar llamado El lago del vino, cuyo título me provoca mucha curiosidad y que trataré de conseguir para darle una oportunidad. Estos solo son dos ejemplos, pero como ya he mencionado anteriormente, este escritor es una auténtica mina por descubrir, puesto que tiene una nada desdeñable colección de publicaciones, más todas las que habría escrito de no haber sido por su prematura muerte. Lamentablemente, de momento solo tenemos traducido al español este libro, gracias a WHO editorial. Espero con ansia la publicación de más ejemplares de Capes en español para que se pueda dar a conocer a este magnífico escritor más allá de las fronteras británicas.


Para finalizar, hay algo que me ha llamado poderosamente la atención en la novela, y es la elección del título. En inglés The Skeleton Key, en español La Llave Maestra; siento que este nombre no hace justicia a la historia. Tal vez, por proponer alguna alternativa, yo lo habría bautizado como La muerte llega a Wildshott, aún a riesgo de convertirlo en el típico título de novela de detectives. Si alguno de mis lectores se atreve con este libro, queda invitado a comentar qué otro título le daría a esta historia.


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